José Piñera Carvallo, padre de Sebastián a diferencia de su hijo, era muy austero y modesto, tanto que sus padres , primero y luego su esposa y sus hijos, debían preocuparse de llevarlo a que se comprara ropa, pues él no mostraba ningún interés.
Cuando jóven, era tan distraído que no se había dado cuenta que era miope. Llegaba muy temprano a la universidad, para ser uno de los primeros en entrar a la sala de clases y poder sentarse en primera fila. Un profesor, a quien este hecho le llamó la atención, pensando que se trataba de un "exceso protagonismo" le preguntó por qué lo hacía. él respondió que si se sentaba atrás no veía bien el pizarrón. "¿Y por qué no va al oculista?" le dijo. José le hizo caso y desde entonces usó lentes.
Volviendo a las vestimentas, tenía una facilidad para mancharse la ropa, al extremo que sus amigos le decían el "Caballero de la mancha". Una vez, Eduardo Frei Montalva le preguntó a Piñera si andaba con terno nuevo. Él, extrañado, le respondió que tenía sus años, y quiso saber porque lo pensaba "Es que esa mancha no te la conocía" respondió el futuro mandatario.
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