Cuando Pinochet expulsó de Chile a Jaime Castillo Velasco, José Piñera pidió que agragaran su nombre en una declaración de protesta que estaba preparando Sergio Molina. Éste le dijo que no lo habían considerado, pues él era funcionario de la CORFO. Piñera insistió y, en cuanto a su cargo, dijo que prefería poder ver su rostro en el espejo, mientras se afeitaba, sin tener que sentir verguenza.
Fue exonerado ese mismo día. Desde entonces, jamás se perdió manifestación o protesta, causando preocupación a su hijo José, quien desde su ministerio llamaba a su madre, para decirle: "Mamá, cuida que mi papá no salga". Ella le respondía que ya había salido, agregando: "Pero me prometió que se iba a portar bien".
Fue exonerado ese mismo día. Desde entonces, jamás se perdió manifestación o protesta, causando preocupación a su hijo José, quien desde su ministerio llamaba a su madre, para decirle: "Mamá, cuida que mi papá no salga". Ella le respondía que ya había salido, agregando: "Pero me prometió que se iba a portar bien".