sábado, 7 de noviembre de 2009

DETRÁS DE UN HOMBRE HAY UNA GRAN MUJER

Manuel Montt llego a La Moneda en 1851 con resistencia de varios sectores, ya que en un comienzo la aristocracia rural lo consideraba de cuna demasiado humilde, y el Ejército no lo quería por no ser militar

Pero su esposa Rosario Montt fue la que le inspiró medidas más enérgicas contra los caudillos militares que fueron sublevándose en varias partes del país. "Fusílalos, Manuel, porque de otra manera acabarán por matarte a ti" le decía.

En una ocasión, el edecán sorprendió dentro de La Moneda a un hombre que llevaba oculto un puñal. En otra, se descubrió que el barbero de la Presidencia había sido sobornado para que degollase a Montt. Doña Rosario decidió aprender el oficio y fue su barbera toda la vida.

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