sábado, 28 de noviembre de 2009

BAJENSE LOS PANTALONES

Ocurrió en plena campaña parlamentaria. Desde "La Moneda" Arturo Alessandri manejaba los hilos directamente a objeto de obtener una mayoría que le era imprescindible en el Congreso Nacional. Pero había una fuerte oposición conservadora, específicamente en provincias donde la clase agraria terrateniente se manifestaba definitivamente como la mayor enemiga del mandatario.

Un domingo en la mañana, Alessandri fue informado vía telégrafo que en la Plaza de Armas de Temuco un grupo no superior a veinte jóvenes –todos ellos hijos de conocidos latifundistas de la zona- se encontraban detenidos en la misma Plaza por las fuerzas policiales, ya que fueron sorprendidos armando escándalo contra el gobierno. En ese mismo momento el asunto era observado por numerosos feligreses que recién salían de la misa dominical en la iglesia principal de la ciudad.

Alessandri, furioso, dio la más extraña orden: “Bájenle los pantalones y ante el público que está presente denle unos buenos chicotazos a poto pelado a esos hijitos de papá, y después suéltenlos para que vayan a llorar sus vergüenzas a otra parte”.

Y así se hizo. Veinte jovenzuelos, hijos de ‘familias bien’, fueron zurrados por los policías, a calzoncillo quitado y frente a la comunidad temuquense.

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