
Sanfuentes, quien había oído del trabajo de la poetisa no dudó de la propuesta del Ministro y le pidió que enviara cuanto antes el decreto para firmarlo. El ministro accedió y envió el decreto a Viña del Mar, donde se encontraba el Presidente.
Transcurridos algunos días, el decreto fue devuelto a Santiago, pero éste no venía firmado.
Cuando Sanfuentes llegó a Santiago, don Pedro Aguirre Cerda se acercó y le dijo:
-Presidente. ¿No habíamos quedado de acuerdo en nombrar a Gabriela Mistral directora del Liceo de Punta Arenas?
-Sí -respondió Sanfuentes-, pero usted me mandó el nombramiento extendido a favor de una tal Lucila Godoy, y por eso no lo firmé.
-Presidente. ¿No habíamos quedado de acuerdo en nombrar a Gabriela Mistral directora del Liceo de Punta Arenas?
-Sí -respondió Sanfuentes-, pero usted me mandó el nombramiento extendido a favor de una tal Lucila Godoy, y por eso no lo firmé.
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