martes, 14 de diciembre de 2010

EL ÚLTIMO DUELO

La política chilena esta jaloneada de duelos más bien verbales y el campo de honor, por lo general, es el Congreso Nacional. Ahí mismo, en pleno hemiciclo, los “honorables”, se lanzan algunos objetos, puñetazos y en ocasiones bofetadas por la pasión.

El 6 de agosto de 1952 se realizó el “último duelo” tuvo el mismo condimento que anterior duelo realizado en el año 1919 . La sesión tenía el tedio habitual de largas reuniones después de almuerzos no siempre frugales. Hablaba el entonces senador Salvador Allende, en referencia un proyecto que otorgaba días de descanso a los mineros afectados de silicosis. Agregaba que esa enfermedad era propia de los sistemas capitalistas, donde el obrero era explotado.

De repente, hizo una pregunta en tono desafiante al presidente de la comisión que había analizado la iniciativa. El afectado Raúl Rettig, le replicó:“No puede hacerme preguntas en ese tono. Además ya di exámenes en la universidad”.
Entonces Rettig haciendo alusión a la calidad de opositores al régimen saliente del presidente González Videla agregó: “Su señoría sabe que estamos en la misma posición…”
-“No puedo estar en la misma posición de quien es tránsfuga de su propia clase”
exclamó Allende, mirando, como era su costumbre, hacia la galería.
-“Su Señoría es muy valiente aquí en el recinto del senado…, pero ¿podría repetirme eso fuera de la sala?” replico Rettig, subiendo la voz.
-“Se lo digo aquí y donde usted quiera” dijo Allende
-“¡Salga y repítame eso, Su Señoría!” gritó Rettig
-“Lo hare, pero creo que usted quiere ir a la Asistencia Pública” vocifero Salvador Allende
En ese momento, Raúl Rettig, considerado el mejor orador de aquel congreso, dijo: “A la Asistencia han ido a parar muchos, por la mala atención médica de usted” gritó Rettig
-“Prefiero ser mal medico y no un abogado gestor” replicó Allende
Rettig al sentirse vejado, se lanzó hacia los sillones del sector socialista, pero se interpusieron varios parlamentarios, entre ellos, el falangista Eduardo Frei Montalva.
El presidente del senado, Fernando Alessandri Rodriguez, levantó la sesión.

Llegaron de inmediato periodistas y diputados, quienes, al conocer la incidencia, abandonaron la sesión de la Cámara para observar el espectáculo en el hemiciclo del Senado.

Durante la noche se concertó el duelo al no dar Allende las explicaciones que solicitó el Senador Rettig. Los padrinos designan “director” al diputado socialista Astolfo Tapia, quien llego vestido de negro y con corbata de humita a dirigir la contienda. Se eligió como “ring” una parcela que poseía el entonces copropietario del diario “La Tercera”, Raúl Jaras, en el sector de Macul, donde hoy proliferan algunas residencias galantes.

Los adversarios llegaron al amanecer del duelo, luego de burlar a la Policía de Investigaciones, que no pudo impedir el encuentro. Ambos vestían muy elegantes, pues, además se caracterizaban por sus vestimentas siempre a la última moda.
El ex diputado Julio Subercaseaux Barros cuenta que el padrino de Allende se acercó preocupado al representante del senador radical y le dijo:
-“El senador Allende disparará a matar…”
La respuesta del padrino del parlamentario radical fue una interrogación: “¿Y usted cree que el senador Rettig vino a cazar pajaritos?”.
El epilogo de este episodio fue que las balas
pasaron muy lejos de los combatientes. Allende tropezó al disparar y, según Rettig, creyó que el parlamentario socialista había sido herido.

Con el transcurso del tiempo, Salvador Allende, siendo Presidente de la República, nombro como embajador en Brasil, a su amigo Raúl Rettig.

domingo, 21 de noviembre de 2010

ESCAPE CON UNA SOPRANO

A Arturo Alessandri Palma nunca le temió a los riesgos que involucraban sus atrevidos amoríos. Como le ocurrió en 1935, cuando tenía 65 años, y llevaba tres en años en La Moneda, en su segunda Presidencia.

Luego de las largas Fiestas Patrias, los reporteros de La Moneda fueron informados que el Presidente de la República, aquejado de una ligera indisposición, guardaba reposo en las dependencias de palacio.

Pero no estaba allí. Como en una novela por entregas, había desaparecido. Sólo su secretario, el jefe de la policía civil, y algunos amigos juramentados, conocían la sentimental verdad. El León se había encantado de Pina Gatti, la soprano italiana que cantó Tosca y El trovador en la temporada lírica. Muy galante, y también como un caballero, decidió ir a dejarla a Buenos Aires.

En el mismo tren, en el vagón de los coches dormitorios, hubo que instalar dos guatones de la Novena Administrativa de Investigaciones, la policía política, conocidos como los guatones por ser todos anchos como “roperos de tres cuerpos”.

Fue el secreto mejor guardado, poniendo a prueba los nervios de sus más cercanos, que temían que si la oposición se enteraba pudiera lograr que se declarase vacante el cargo, pues entonces el Presidente requería de la autorización del Parlamento para ausentarse del país.

domingo, 14 de noviembre de 2010

FEDERICO I: INTRIGANTE Y MACUCO

Federico Errázuriz Zañartú, gobernó el país desde 1871 hasta 1876. Casado con Eulogia Echaurren García-Huidobro, con la que acaparaba cuatro conspicuos apellidos y reunía nueve erres, más vascos, imposible. Ella sufrió por las actitudes zigzagueantes de su marido, de quien nunca se sabía si estaba con los conservadores o los liberales. Federico padre (a diferencia de su hijo homónimo presidente) fue un intrigante incorregible que nunca conoció la lealtad.

El presidente Domingo Santa María tampoco fue benévolo con su juicio: “El amigo de Federico Errázuriz Zañartú es su amigo hasta donde le conviene”. La iglesia, que lo tuvo como el presidente-feligrés porque estudio en el seminario, sufrió las veleidades cuando Errázuriz le hizo la desconocida y suprimió el fuero eclesiástico, diciendo que “todos los seres son iguales ante la ley… y ante Dios”.

En su trato, este Federico era desagradable, muy distinto a su hijo, el de los chistes. Se señalaba que en las revistas de la época que el presidente paseaba en Fiestas Patrias su rostro fiero y hosco. Doña Eulogia, católica de misa diaria, fue a llorarle al arzobispo Rafael Valentín Valdivieso, quien la consoló contándole que su marido era desde niño “cubiletero” (intrigante, maquinador) y “macuco”, echándose los principios por la espalda para no decir por la raja.

Misiá Eulogia, que tenía un gran sentido estético, hojeaba fascinada las revistas francesas que mostraban la transformación de Paris emprendida por el barón Haussmann, e insistió ante su marido que debía hacer algo por el embellecimiento de Santiago. Felizmente, éste, sea por aburrimiento o por galantería, se dejó llevar del consejo y nombró a Benjamín Vicuña Mackenna, que había permanecido años en Europa como desterrado político cuando le dio por hacer revoluciones liberales, aceptó complacido. Entre sus logros se cuenta la transformación del cerro Santa Lucía, que de peñón agreste se convirtió en un hermoso paseo. Además, la obra salió barata, pues Vicuña Mackenna hasta puso dinero de su bolsillo. Por poco él sucede a Errázuriz en La Moneda.

La administración Errázuriz Zañartú también se vio favorecida con un obsequio importante: la familia Cousiño regaló el parque de su nombre a la ciudad de Santiago, y que un populista alcalde de la época, a quien le faltaban números para el programa dieciochero, resolvió quitarle su nombre para dárselo a O´Higgins.

Hay quienes aseguran que doña Eulogia, de a poquito, llegó prácticamente a compartir el gobierno. Mientras su marido estaba preocupado de las peleas doctrinarias, ella se interesaba por el embellecimiento de Santiago. Se preocupó, por ejemplo, de que se terminaran los edificios de la Casa Central de la Universidad de Chile y el Congreso Nacional, a la vez que la Quinta Normal inaugurase en 1875 su palacio-exposición. También insistía a su marido para que el ferrocarril, que sólo corría hasta Curicó, llegara hasta Chillán extendiéndose luego hasta Concepción y Angol. En una carta desde su fundo, donde veraneaba, le escribía: “El mejor regalo que me puedes hacer para mi cumpleaños es que pudiera ir a visitar a mi prima Carmen en Chillán. Me dicen que los rieles ya están colocados hasta Linares”.

Si en política, Errázuriz fue bastante poco ético, eso no significaba que, en el doble discurso que caracteriza a la sociedad chilena, no se dictaran severas normas morales para el resto de los ciudadanos. Es así como el Código Penal de la República, promulgado por Errázuriz Zañartú en 1874, contemplaba duras sanciones para quienes cometerían acciones contrarias a las buenas costumbres. No explicaba cuáles eran éstas, pero se suponía que eran aquellas que rompieran la seriedad oficial. La de no tener, por ejemplo, aspecto de inglés, pues por algo éramos los “ingleses de Sudamérica”. Los padres reprimían la risa de sus hijos diciéndoles: “La risa abunda en la boca de los tontos”. Los muchachos de la época crecían con el temor a ser tontos.

martes, 2 de noviembre de 2010

NO CONTABAN CON MI ASTUCIA

El cardenal Juan Francisco Fresno relató que el día del golpe de Estado de 1973 se encontraba en Roma, y estaba almorzando en el convento de las monjas de Santa Marta, cuando la televisión italiana informó de lo que acontecía en Chile. Un rato después recibió un llamado de la Secretaría de Estado del Vaticano, cuyo mensaje era que el Papa quería verlo. Trató de recibir información de la embajada, pero no sabía del embajador René Rojas Galdames. (Pésimo informante, ese mismo día se dio vuelta la chaqueta, continuando en la diplomacia y hasta fue ministro de Relaciones Exteriores del Régimen Militar).

El Papa Pablo VI lo esperaba muy preocupado. Tenía un sentido político bastante fuerte, y veía con horror que se pudiera cortar drásticamente toda vía democrática con un golpe de los militares. En ese momento indica que en ese mismo momento se realizaría un acta de excomunión a los militares que se han metido en esto. Pero el cardenal chileno refutó que el Santo Padre no tenía noticia de la Nunciatura, entonces como podía realizar una excomunión si en Chile tenía un nuncio, monseñor Sotero Sanz, argumentando que además entre los militares hay gente católica, otra que no lo es.

Pero el Papa señalaba que “Pero esto no puede ser. Esto ha sido tremendo, no puede suceder. El caso de Chile va a tener una influencia inmensa en las otras democracias de América” respondía perturbado. Fresno alegaba que debía informarse antes de dar ese paso a pesar que de que el Santo Padre no podía contactarse con el Nuncio Apostólico, pero de todas maneras insistía con la excomunión.

Hasta que el entonces Arzobispo de La Serena contestó “Santo Padre, usted no me respeta a mí. Yo soy chileno, soy un arzobispo allá y tengo responsabilidades sobre muchos fieles. Respéteme a mí, Santo Padre” hablándole duro y luego el Santo Padre dijo: “Bueno, por ahora no lo voy hacer”, y no lo hizo.

Ni siquiera el propio Pinochet, supo jamás que Fresno había sujetado esa excomunión.

martes, 19 de octubre de 2010

¿EL REY DE LA SELVA?

Uno de los incidentes más sonados en la historia , se produjo con la publicación del número 285 de la revista "Topaze".

Esta revista, que se rotuló a sí misma como "el barómetro de la política chilena", nació en el año 1931, fue publicada hasta 1970, y se transformó en la más importante publicación de su ramo en Chile. La revista Topaze las emprendía sin distinciones contra el Gobierno o contra la oposición, no pocas veces debió pasar algunos tragos amargos con la censura.

Sin embargo, el momento más complicado de su historia se dio en la segunda semana de Enero de 1938. En aquellos años, la política chilena estaba algo complicada. Arturo Alessandri Palma había sido Presidente de Chile desde 1932, tocaban elecciones en 1938, y era el primero que estaba casi por acabar su período presidencial desde él mismo, porque entre 1925 (en que el mismo Alessandri había abandonado el mando supremo) y 1932, Chile había estado sumido en una fuerte anarquía y un estado cercano a la falta de Constitución, si no en la teoría, sí en la práctica.

Para esa elección, uno de los favoritos era el General Carlos Ibáñez del Campo, quién había sido Presidente de Chile por la vía del golpe de estado, entre 1927 y 1931, hasta que los efectos económicos de la Gran Depresión habían terminado por obligarle a renunciar. Ibáñez aspiraba a llegar otra vez a Presidente por la vía electoral, apoyado por grupos de derecha, incluyendo a grupos simpatizantes nazis (en la época no estallaba aún la Segunda Guerra Mundial, y los nazis no estaban tan desprestigiados como después de ésta).

Alessandri en su segundo período había gobernado con la derecha, no simpatizaba con Ibáñez del Campo, y de hecho, le había atacado con un duro discurso. En respuesta, Ibáñez del Campo no se achicó, y lanzó una carta pública de desafío al mandatario. Todo el mundo esperaba que el Presidente de la República salvara la dignidad del sillón presidencial y pusiera en su lugar a Ibáñez del Campo, pero esto no sucedió. Coke entonces dibujó una caricatura (y "Topaze" la publicó, claro) titulada "se chupó", en que un pintor dibujaba a un león rugiendo, mientras que delante suyo tenía el modelo de un león en el suelo, con el pie encima de un domador, que tenía la cara de Carlos Ibáñez del Campo (es la imagen que ilustra este posteo, por más señas).

El Profesor Topaze, protagonista de la revista, le decía al pintor: "¿Sabe, mi general, que no es tan bravo el león como lo pintan?". El puñetazo era bien visible, porque Arturo Alessandri Palma no en vano era conocido como "el León de Tarapacá". Con todo, Coke le había encargado la caricatura a Pekén, otro dibujante, con la prevención de que no lo fisonomizara con los rasgos del Presidente.

Antes de que la revista fuera lanzada, de alguna manera, Alessandri se enteró. Coke fue inmediatamente puesto bajo arresto.

El ministro instructor preguntó:-¿Ha sido su intención personificar al Presidente de la República en la figura de este león?

-Me sorprende que S.S. suponga que S.E. pueda ser representado por un animal- fue la respuesta maliciosamente "ingenua" de Coke, quien ganó así la batalla legal.

Con todo, cuando volvieron a la editorial, Coke se encontró con la noticia de que la Policía de Investigaciones había entrado al edificio y retirado en camiones la tirada completa. Después de investigar varias horas, descubrieron finalmente el lugar en el cual la tirada completa había sido incinerada. De inmediato buscaron al juez, el cual acudió al lugar el prefecto Peluchonneau denunciado junto a un actuario.

Obtuvieron las pruebas entre los restos calcinados, y con ello hubo un nuevo proceso, ahora contra la Policía de Investigaciones. En unas cuantas horas, estaba renunciado, y el propio Presidente Alessandri debía confesarse por radio como responsable de dar la orden...Ni qué decir de cómo Topaze se festinó por semanas a costa de Alessandri, quien tuvo que mantenerse callado.

En una de las tantas, lo dibujó amenazando al Profesor Topaze, diciéndole "Amigo Topaze, hay que odiarme menos y quererme más"... Muchos años después, Alessandri diría de su acerba relación con Topaze: "No le guardo rencor a Topaze. Es cierto que ha sido injusto y violento conmigo, pero no me quejo. Siempre he pensado que los hombres tienen su sino, y el mío ha sido que, como a las pelotas de fútbol, mis adversarios me han levantado a puntapiés"...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

QUE NO SE ESCAPE PAPÁ

Cuando Pinochet expulsó de Chile a Jaime Castillo Velasco, José Piñera pidió que agragaran su nombre en una declaración de protesta que estaba preparando Sergio Molina. Éste le dijo que no lo habían considerado, pues él era funcionario de la CORFO. Piñera insistió y, en cuanto a su cargo, dijo que prefería poder ver su rostro en el espejo, mientras se afeitaba, sin tener que sentir verguenza.

Fue exonerado ese mismo día. Desde entonces, jamás se perdió manifestación o protesta, causando preocupación a su hijo José, quien desde su ministerio llamaba a su madre, para decirle: "Mamá, cuida que mi papá no salga". Ella le respondía que ya había salido, agregando: "Pero me prometió que se iba a portar bien".

sábado, 11 de septiembre de 2010

EL ESPEJO

Estando en plena Guerra del Pacífico se hacían interpelaciones a los titulares de los ministerios, y el ministro del interior del Presidente Aníbal Pinto, Belisario Prats, tuvo que enfrentar una acusación en la cámara baja. Instantes antes de responder a la acusación, Prats discutió con el presidente, y al no estar este último de acuerdo con algunas de las proposiciones de Prats de ocupar Tarapacá con las tropas y las pocas municiones que había en Antofagasta, sin preocuparse de la próxima salida al mar de la escuadra peruana, cuyas reparaciones tocaban a su termino. Y volvió a repetir lo que antes había expuesto en el Consejo de Guerra. Pinto lo contradijo que aun supuesto que las pocas municiones de que se disponían, bastasen para expulsar a los peruanos de Tarapacá, ya que estos podrían reforzarse fácilmente con el ejercito de Tacna, y no tener municiones para una segunda batalla.

Prats, exasperado, hizo al presidente, quien se paseaba, un ademán grosero, por la espalda, que desgraciadamente se reflejó en un espejo del salón. Pinto aparentó no haber advertido el ademán. El 12 de abril de 1879, la cámara rechazó el voto de censura por 52 votos a 21, pero cuando los ministros regresaron a la Moneda, llevando alborozados la noticia e su aplastante victoria, Pinto recibió a Prats tan secamente y con tanta frialdad, que el ministro tuvo que presentar su renuncia al día siguiente 13 de abril. Prats y Pinto no volvieron a saludarse en el resto de sus vidas.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

AYUDEME SUEGRA

Manuel Montt es una persona que tenía como características de ser parco, reservado, enemigo de las ostentaciones, evitaba los discursos. En un banquete insistieron que hablase, y él se negó a hacerlo, pero con un fundamento: "El Presidente de la República sólo puede hablar por decreto". Y volvió a sentarse.

Pero a los 30 años, era magistrado de la Corte Suprema y parlamentario, reparó no sólo que estaba de más para casarse, sino que ni siquiera se dio tiempo para pololear. Se fijó en su prima Rosario Montt Goyenechea.

Había una diferencia de edad entre ellos (él la doblaba, ya que Charito tenía 15 años), pero también de caudales, pues por el apellido materno se ramificaba los Cousiño y los Gallo, dueños de minas de carbón, unos, y de plata, los otros. En aquellos años un matrimonio entre primos, e incluso entre tíos y sobrinas, era bien visto, porque "solidificaba" la familia.

En buenas cuentas, Montt terminó declarándose a la suegra, la que transmitiría el encargo a su hija. La dama quería entrañablemente a Montt, al que llamaba sin reservas "mi negrito", y lo hallaba muy distinto a los frívolos jóvenes que frecuentaban su hogar.

Doña María de la Luz Goyenechea de la Sierra alentó el romance y preparó el camino. Un día, estando él de visita, llamó a su hija que estaba en un patio encumbrando volantines con otros muchachos, diciendole: "Charito, tu primo tiene algo que decirte". Lo que él por timidez no le dijo, se lo agregó ella. Desde ese momento quedaron novios.

sábado, 21 de agosto de 2010

UN DUELO EN LA CORDILLERA

El duelo era sin duda una pasión de caballeros-políticos hasta la primera mitad del siglo XX. Por cualquier frase que resultara ofensiva, el afectado nombraba a sus padrinos y éstos se comunicaban con el injuriador, y la disputa “se lavaba en el campo de honor”.

Ocurrió en febrero de 1919, el protagonista para variar era Arturo Alessandri a la sazón Senador por Tarapacá, y procuraba ser candidato presidencial, cuando se enfrasco en una polémica con el senador liberal Guillermo Rivera (el amigo de una ex primera dama). Rivera propiciaba que el candidato surgiera de todas las colectividades liberales, pues también las había en los conservadores (la Coalición), lo que León calificó de “falta de lealtad y traición” a quienes los había acompañado. No se quedo ahí, la proposición de Rivera recibió elogios de sus partidarios, Alessandri agregó: “La mediocridad de los débiles busca el halago y el aplauso fácil”. Estimando Rivera que dichos conceptos “deprimían su honra”, inmediatamente busco sus padrinos. Alessandri tuvo en cuenta que el duelo era un delito, y aunque la policía siempre lo ignoraba para no interferir en pleito de caballeros, esta vez si podía actuar, lo que podría dejarlo inhabilitado para ser Presidente. Pero, por otra parte, quien rehuía un duelo quedaba descalificado como caballero: era un hombre sin honor.

¿Cómo zafarse? El desafiado podía elegir el lugar, Alessandri eligió “a los pies de la estatua del Cristo Redentor”, en plena cordillera, a 3900 metros de altura. Como estaba en la frontera con Argentina, si llegaba la policía podía eludirla atravesando al otro lado. Los padrinos rabiaron, pero tuvieron que aceptar.

A las dos de la tarde del martes 24, Alessandri entra a la Casa Francesa (Estado esquina Huérfanos) y sale sigiloso, por el pasaje Matte hacia el Club de la Unión. De allí, para despistar, aborda un Ford hacia el parque Cousiño, y luego se devuelve por Vergara hacia Agustinas 236, la casa de su padrino de duelo, Cornelio Saavedra Montt.

Burlando al policía que vigila la casa de Saavedra, salen juntos por la puerta falsa que da a calle Cienfuegos, donde los aguarda un Buick, perfectamente equipado para un largo viaje. A todo escape, toman Avenida Independencia, sumándose el diputado radical Héctor Arancibia Laso, su otro padrino, a la altura de Hipódromo Chile. Camuflado en un traje de equitación, lleva una caja de pistolas. Juntos emprenden rumbo por la cuesta chacabuco hacia Los Andes. Paran en el Hotel Sudamericano, que no es el mejor, pero saben que la policía los buscara en el Plaza y en el Español. Comen algo, y luego en los baños se disfrazan en forma irreconocible. Prosiguen hasta Río Blanco. En el camino, una pareja de carabineros detiene el Buick, pero les fue imposible reconocer al señor Alessandri, que usaba bigotes, al señor Saavedra, que tenia patillas inglesas, ni al señor Arancibia Laso, que, colocado en el asiento del conductor, con grandes anteojos azules, manejaba el auto.

Mientras Alessandri y sus padrinos dejaban Santiago, su contendor, Guillermo Rivera, abandonaba Limache en el tren expreso. En Llay Llay abordaba la combinación a Los andes, para luego pernoctar en el fundo La Palomera. A las cinco de la madrugada, Alessandri y sus padrinos abandonan el hotel y emprenden camino a la cordillera. En la ruta, según le han informado, pueden encontrar arrieros y mulas. Bastaría un solo arriero, pero contratan a los cuatro que hay. Se repite el mismo caso, llevándose todas las mulas, aunque bastarían solo las necesarias para continuar el viaje si se hiciera imposible seguir en automóvil.

La prevención era acertada, pues 10 kilómetros mas adelante encuentran un puente cortado. Sin descanso, a marcha forzada, continúan. Justo al mediodía llegan a Caracoles. Cornelio Saavedra montaba una mula baya que no pudo resistir sus 120 kilos y se echo al suelo. No quiere seguir cansando mulas, e intenta continuar a pie, pero a los 100 metros lo vence una indisposición muy frecuente en las partes altas: ¡la puna! Los arrieros lo auxilian con limones.

A la una y media de la tarde llegan a los pies del Cristo Redentor. Gendarmes argentinos se acercan, y Arancibia les formula “cargos severos por encontrarse en territorio chileno”. Ellos alegan que están allí por instrucciones de la policía chilena para evitar el lance. Arancibia responde que han sido objeto de una trampa, pues ellos como parlamentarios llegaron allí avisados de que gendarmes argentinos entrarían a territorio chileno. Estos pedían excusas y se retiran.

Justo a las tres de la tarde, hora fijada para el duelo, el padrino Arancibia exige a Alessandri que regrese “por no haberse presentado ni su adversario ni sus padrinos”. Aguardan media hora más. Concluido el plazo, levantan el acta y dejan establecido que el contenedor no se presento al “campo del honor” y que no podían esperar mas, pues se estaban congelando.

Rivera, en cambio, señaló que no llego al encuentro porque todos los arrieros y mulas del sector cordillerano fueron arrendados por Alessandri con la única finalidad de evitar su presencia en el campo de batalla.

lunes, 16 de agosto de 2010

CASA DE HINDERBURG

La casa donde habitara Eduardo Frei Montalva es la única casa en pie de un ex Presidente chileno transformada en museo y que cuenta con todo su mobiliario original. Su colección de más de 350 objetos permite un verdadero viaje por la historia de Chile y del siglo XX.

Al entrar a la casa inmediatamente nos adentramos en el estilo de vida de una familia clásica chilena de los años 60’. La falta de vitrinas invita a conocer un museo con un concepto moderno que permite vivir el patrimonio familiar de Eduardo Frei Montalva a través de sus espacios más íntimos y la conservación de su mobiliario original. La colección contempla mobiliario, obras de arte, fotografías, objetos de uso personal, vestuario, la banda presidencial, dos bibliotecas, diplomas, documentos y títulos. Dada la buena condición del inmueble y por ser parte de la memoria colectiva de un importante período histórico-político de Chile, la casa fue declarada monumento nacional el año 2005.

Pero la casa de Hinderburg tiene todo un carácter emblemático. Resume lo que ha sido la norma en los otros Presidentes de Chile, que salieron de La Moneda más pobres que como entraron. Algunos como Aníbal Pinto que para pagar sus deudas vendió sus derechos en las minas Puchoco y que para subsistir aceptó un puesto en la redacción de El Ferrocarril, haciendo traducciones, junto al almirante Jorge Montt, quien habito una casa que le habían regalado sus partidarios al término de su mandato. El umbral de esa vivienda fue franqueado por el General Charles De Gaulle, Golda Meir, Indira Gandhi, el arzobispo Makarios III, la Reina Isabel II, el Príncipe Felipe, el Rey Balduino y la Reina Fabiola de Bélgica.

En lo familiar, la familia Frei vio crecer durante cuatro décadas a sus siete hijos. La sobria vida Frei y doña Maruja se reflejan en el recuerdo, cuando en las mañanas se ve a don Eduardo salir en compañía de doña Maruja, que llevaba un niño en brazos y otro en la mano. Iban hasta la esquina de Salvador, donde el tomaba la micro Catedral que lo llevaba al centro de la capital donde tenia su oficina de abogado en calle Agustinas. Mientras los pequeños quedaban agitando sus manitos. Sólo muchos años mas tarde Frei pudo comprarse un auto, un Ford de segunda mano, del cual le hicieron muchas bromas por sus frecuentes pannes.

sábado, 7 de agosto de 2010

CANDIDATO ALTERNATIVO

Los candidatos respondían a partidos políticos tradicionales y estos, a su vez, buscaban alianzas entre posiciones relativamente afines. La norma se rompió dramáticamente en 1925.

Vicente Huidobro, el primer candidato alternativo de la historia política chilena, fue ungido aspirante a la Presidencia por una extraña coalición formada por estudiantes universitarios, reunidos en torno al grupo Acción, y militares de tendencias izquierdista, liderados por Marmaduke Grove.

Era, por cierto, testimonial como varias de las que se conocieron en Chile más tarde, que se proponía “cobijar a todos los hombres sanos del país, hastiados del desorden y el ladronaje exagerado de los últimos 20 años de la vida política de Chile”. El poeta llega de Europa tras una ausencia de siete años y su primera impresión, era que Chile no había experimentado ningún adelanto “Creen que adelanto es vivir de ilusiones. Siempre las mismas caras tristes. La gente baila llorando y me han dicho que en el Parque Forestal a las parejas las iluminan con linternas. Es un síntoma de la idiotez reinante. Querer reducir toda una ciudad a un patio de colegio jesuita”.

Huidobro se tomó las cosas más o menos en serio. Nombró un jefe de campaña, el poeta Juan Guzmán Cruchaga, padre del primer juez que procesó a Augusto Pinochet; redactó un programa de gobierno en que los “decretos deberán ser en verso”, y lanzó una publicación que duró tres números en su primera etapa y que se dedicó a denunciar abusos y corrupción de funcionarios públicos y comerciantes. Tal como los hacen los políticos tradicionales, el comando de Huidobro organizó una proclamación formal en el Teatro septiembre, en Alameda con esquina Lira. Pero el candidato no alcanzó a pronunciar su discurso: esa mañana de domingo, los partidarios del candidato José Santos Salas irrumpieron en el teatro y frustraron la proclamación.

Una semana después, a pocos días de la elección, Huidobro abandono su candidatura y el país por la joven y aristocrática Ximena Amunátegui, de 16 años, con quien se refugio en Paris. Su nombre ni siquiera apareció en la papeleta de votación. Pero al año siguiente, el poeta volvió y se presento a diputado. No ganó, pero al menos esta vez si apareció en la papeleta.

sábado, 31 de julio de 2010

JOSÉ JOAQUÍN PÉREZ

No puede decirse que Don José Joaquín Pérez fue popular. En el siglo XIX, en Chile, aún no se reunían las condiciones que hacen posible la popularidad civil, a menos que, forzando el alcance sicológico de los sentimientos y en parte del elemento medio que lo trató personalmente. En cambio, se ganó la simpatía del pueblo de Santiago y de algunas provincias, no por su política, sino por sus socarronerías y costumbres campechanas.

El recuerdo de sus salidas y ocurrencias, lindantes en la truhanería, perduró largos años como las siguientes acciones:

1.- LIBERTAD DE PRENSA

Cuando era presidente, una comisión se acercó a pedirle la libertad de prensa, que en el caso concreto de que se trataba, equivalía pedir mayores garantías para la licencia en los periódicos de guerrilla o exploradores del escándalo. Pérez se proveyó de algunos periódicos, en los cuales se le representaba con orejas de burro o sesteando en Chena bajo las higueras, mientras el país se deslizaba por el precipicio. Los sacó de su gabán y mostrándoselos al joven político que presidía la embajada, le dijo: “¿Que mayor libertad de prensa quiere, Señor?"

2.- LIDERAZGO DEL PRESIDENTE

Una manifestación de mujeres se congregó en La Moneda para reclamar una ordenanza de la policía. En vez de hacer despejar, ordenó al Jefe de policía que los soldados abrazasen y besasen a las mujeres, con lo cual la manifestación se disolvió en medio de una alegría general. Durante la guerra con España, un seudo-técnico le propuso destruir la escuadra española que bloqueaba a Valparaíso, con torpedos. “¿Y si se chingan?", le replicó.

3.- LA FORMA DE GOBERNAR

Las vendedoras de duraznos se sentían honradas con que les comprara una media docena y se sentara en los bancos de la Alameda a pelarlos con su navaja y a saborearlos. El historiador Diego Barros Arana había adherido a su candidatura y el mandatario lo sabia. Un buen día lo convidó a comer duraznos de Chena a la hora de once, y mientras paladeaban las frutas, le dijo en tono cariñoso: “Esto es, don Diego, la mejor manera de gobernar a los pueblos”.

viernes, 16 de julio de 2010

CERO RESPETO

Una de las más sangrantes caricaturas políticas publicadas en Chile, fue obra del dibujante Santiago Pulgar. La víctima era nada menos que Pedro Montt, Presidente de Chile entre 1906 y 1910. Para colmo, salió en la revista "La comedia humana"... ¡en primera página!

Pedro Montt era un político muy criticado y tachado de demasiado austero y mañoso. Además, era de temperamento tímido y huraño. Un hombre gris, en definitiva, por más que se destacara su inteligencia (hablaba correctamente inglés y francés). Su esposa era Sara del Campo, una mujer alta e imponente, que se atrevía a ser activa en materias políticas (recordemos que era la primera década del siglo XX, y se esperaba que las damas chilenas fueran recatadas y dejaran las cosas políticas a los hombres).

En los cenáculos políticos, doña Sara del Campo había conocido a un político joven llamado Guillermo Rivera, a la vez liberal y hombre de mundo. Es decir, todo lo contrario que su apagado marido. Guillermo Rivera tenía una residencia en Valparaíso que estaba adornada con pisos de mármol, cuyo origen estaba en la cantera de una isla que era de propiedad suya.

El "correo de las brujas" veía con malicia esta relación, y tachaban al Presidente Montt de cornudo. Lo que hasta el minuto era un mero chismorreo, Santiago Pulgar lo recogió en una incendiaria caricatura. En ella, mostraba a Pedro Montt sentado y tocando el piano, con su pelo blanco y su tez intensamente morena, mientras a su lado Sara del Campo bailaba con Guillermo Rivera.

El diálogo acompañante decía: "PEDRO MONTT: Yo... Yo te pago la piezaaaa, y tú, tú la gozas...". La respuesta fue inmediata y fulminante. La edición de "La comedia humana" fue requisada y la revista misma terminó clausurada después de apenas 56 números (entre 1904 y 1906). En cuanto a Santiago Pulgar, recibió una paliza lo suficientemente contundente como para que, cuando fue puesto en la frontera de Chile con Perú para expulsarlo del país, tuvieran que llevarlo en camilla. Años después, terminaría radicándose en Nueva York...

domingo, 4 de julio de 2010

LA ELECCIÓN DE 1896

El ultimo Presidente electo en el siglo XIX, el liberal Federico Errázuriz Echaurren, encarna gran parte de los vicios y descréditos de la antigua política chilena. Hijo de otro presidente, Federico Errázuriz Zañartú, de zigzagueante y discreta conducción, Federico II era un poco más hábil que su padre y bastante más liberal, en el amplio sentido de la palabra: el presidente elegido en 1896 estaba casado con una bella dama, Gertrudis Echenique, y tenía debilidad por las casas de remolienda. En buen chileno era un “putero”.

De no ser por su parentesco, nunca habría a ocupar la presidencia. El candidato natural de los liberales era el senador y abogado Vicente Reyes Palazuelos, “un símbolo de rectitud personal, profesional y política”. Pero a Reyes Palazuelos le jugaba en contra su desapego en materias religiosas. El clero y por extensión los conservadores, no le perdonaban el comentario lanzado contra una dama que lo increpó un Viernes Santo por no vestir de luto, como era la costumbre de la época. El parlamentario llevándose el índice a los labios y con voz de confidencia habría dicho: “Es que estoy en el secreto, (Jesús) mañana resucita”.

En una convención ampliada de liberales de todos los tintes, suerte de primarias celebradas a principios de 1896, se decidió entre uno y otro. Errázuriz Echaurren en vez de discursear los invitó a todos a comidas y tragos en casas de sobrinas. Les decía: “Si todos somos liberales, ¿para qué hablar de doctrina?". En cambio, Reyes brillante orador político y jurisconsulto, los cohibía con su solemne retórica.

En la primera votación, Errázuriz se impuso a Reyes por apenas dos votos de un total de 280. Pero había dos electores penquistas que se habían abstenido y que se definían como “liberales sin compromiso”. En buenas cuentas le darían su voto a quien pagara más, y éste tenía que ser Errázuriz, pues Reyes jamás lo haría. En toda la campaña había gastado solamente cinco mil pesos, contra el millón que puso Errázuriz para la sola organización de la convención.

Conseguido los votos restantes, y tras el veredicto final del Congreso Pleno, el proceso eleccionario de 1896 fue un mero trámite.

sábado, 15 de mayo de 2010

VACACIONES PRESIDENCIALES (Parte II)

Los primeros en causar conmoción por su paso por el Palacio de Cerro Castillo, fueron el presidente Gabriel González Videla y su esposa Rosa Markmann. En una ocasión la pareja salió en short a pasear en bicicleta por los alrededores del Cerro, convirtiéndose en la atracción del vecindario, pero también en objeto de comentarios, que no volvieron a repetir el paseo. González Videla prefirió no destinar todas sus vacaciones a pasarlas en Cerro Castillo. Y al ser oriundo de La Serena, nunca dejó de visitar tal ciudad.

Jorge Alessandri Rodríguez iba de veraneo solo a ese palacio. Tenía pocos amigos y todos fuera del ámbito político. Al principio de su mandato estuvo convencido de vender ese inmueble, pero al poco tiempo comenzó a usarlo para sus vacaciones, de preferencia en febrero. Aún en sus días de descanso, jamás dejó de usar terno. Nunca se vio a Alessandri nadando en la piscina y casi todo el tiempo permanecía en la oficina leyendo documentos. Su gran distracción consistía en ir en su Buick al centro de Valparaíso y a la avenida Perú en la Ciudad Jardín. Siempre solo, mientras saludaba con una venia a los conocidos. Lo curioso era que, en pleno verano, cuando Valparaíso amanecía un poco nublado, se veía al Presidente usando abrigo, porque siempre temía contagiarse con algún microbio. Sólo en Viña del Mar se quitaba su tradicional bufanda.

Eduardo Frei Montalva, fue uno de los que más disfrutó de Cerro Castillo, aunque nunca permitió que se los fotografiara en ese lugar para resguardar la intimidad de su numerosa familia. Antes veraneaba en Algarrobo, donde tenía casa. Le gustaba ir a ese balneario por las pichangas en la playa. También era bueno para el pimpón y para leer. Pero sin realizar la siesta, todos los días aunque fueran cinco minutos, en cualquier lugar, en cualquier mobiliario y en cualquier postura.

Se dice que Salvador Allende no tenía vacaciones y que sólo de vez en cuando se arrancaba sin asesores ni escolta a una playa de Antofagasta, que era de su amigo Andrónico Luksic, donde descansaba. El recuerdo más vivo en este tema es el de la transformación que realizó Allende del uso que se hizo de Cerro Castillo, cumpliendo con su promesa de "abrir el Palacio al pueblo". Habilitó algunas de sus habitaciones para recibir a alrededor de 40 niños, hijos de uniformados, que se desempeñaban en puestos fronterizos, o alumnos destacados del país. Esto fue en el verano de 1972. Al igual que Frei Montalva, Allende tenía una casa en Algarrobo, que aún hoy disfruta su familia.

Como Presidente, Augusto Pinochet utilizó muy poco Cerro Castillo. Bucalemu y El Melocotón eran sus lugares favoritos, ya que en el palacio viñamarino, según él, no había privacidad. Además, Bucalemu le brindaba mayor seguridad. En sus veraneos no dormía siesta después de almuerzo. Se encerraba en su escritorio repleto de papeles, libros y revistas, a trabajar en carpetas que le llegaban a diario desde Santiago. Solía referirse a sus vacaciones como un relajo más que un descanso. Sus pasatiempos eran en esa época la lectura de libros de historia y política. En una pequeña sala habilitada en ese lugar veía junto a familiares, personal de seguridad y trabajadores de esa hacienda cintas como "El bueno, el malo y el feo", "El desierto de los tártaros" y "No disparen que soy dentista". Las películas se proyectaban tres veces a la semana.

Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz-Tagle sí gustaban pasar sus vacaciones en Cerro Castillo. Aylwin se recluía para preparar sus discursos más importantes. A los Frei Larraechea se les recuerda como asiduos visitantes, así como los gestores del Arboretum -media hectárea en la que se plantaron más de cien variedades de flora nativa- y de una completa decoración que solicitaron para recuperar el color caliza del revestimiento original, oculto bajo pintura de barco. Como casi todos, los Lagos Durán celebraban allí las fiestas de fin de año, y se atrevieron con un rojo teatral que dio más vida al cielo de los salones principales, en uno de los que según contaba Luisa Durán, se instalaba con su máquina de coser a hacer ropa para sus nietos, mientras el ex presidente caminaba por los senderos del parque o jugaba tenis con su hijo. Aquí fue donde Ricardo Lagos firmó el decreto que instauró el Día del Patrimonio Nacional, cinco años antes de que el Palacio recibiera la categoría de Monumento Histórico. Michelle Bachelet, más celosa de su vida familiar, visitaba Cerro Castillo a menudo, sobre todo para reuniones de trabajo y toma de decisiones importantes

VACACIONES PRESIDENCIALES (Parte I)

Las vacaciones, aparecieron en el país "por decreto", ya que antes se necesitó reconocer algunas garantías a los trabajadores, como el derecho a feriado, para que salir a veranear se hiciera popular, recién bien entrado el siglo XX. Así, cuando el 28 de mayo de 1931 el Presidente Ibáñez firma el decreto 178, que asegura a los obreros un "feriado" de siete días por cada 220 trabajados, salir a tomar vacaciones ya era toda una institución. En el tema estrictamente presidencial, la experiencia de una vida política larga es importante para quienes asumen cargos de tanta responsabilidad como la Presidencia. La experiencia ayuda a poder desconectarse y, al mismo tiempo, a estar pendiente de lo que pasa en el país, y mientras más cerca de La Moneda están los Presidentes, más descansan.

El primer Jefe de Estado en pasar sus vacaciones en el Palacio Cerro Castillo, fue Carlos Ibáñez del Campo, en el verano de 1930. La idea de construir ese palacio presidencial de veraneo en Viña del Mar la tuvo a fines de los años 20 por su esposa Graciela Letelier Velasco. Tal fue el impacto que causó su construcción al inaugurarse en 1930 que la prensa lo calificó como uno de los más suntuosos y de mejor gusto arquitectónico de Sudamérica. Sin embargo, no fue su principal lugar de veraneo, pues como su señora tenía un fundo, iba a menudo a Linares donde gustaba de conversar con oficiales y soldados. Se cuenta que una vez encontró en un pequeño retén, a un joven oficial al cual invitó a beber una cerveza. El oficial con firmeza le respondió: "Señor General, yo nunca he tomado licor, y no debe usted tomar cerveza". Este oficial era Oscar Izurieta Molina quien llegó a asumir la Comandancia en Jefe del Ejército.

Después de Carlos Ibáñez del Campo, el segundo presidente que pasó sus vacaciones en Cerro Castillo fue Juan Esteban Montero, en compañía de sus ministros. El semanario "Topaze" destacó en ese momento el hecho de que el presidente prefiriera viajar a la costa en un coche común y corriente, despreciando las comodidades del coche presidencial. Al iniciar su mandato, Montero rechazó el Palacio como lugar de veraneo. Se dice que nunca durmió en la residencia, debido a que su anhelo era transformar el Palacio en un hogar para niños. Pero cambió de opinión influido por su esposa Graciela Fehrman, quien disfrutaba largas temporadas en la residencia

Un presidente recordado habitualmente por "Topaze" fue Pedro_Aguirre_Cerda, de quien la publicación dijo en una viñeta donde el primer presidente radical aparece recibiendo el sacramento de la confesión: "acúseme, Padre, de que mi viaje a Viña no fue para visitar la casa donde tanto se sufre (Palacio Cerro Castillo), sino que para echar mi manito en el Casino donde tanto se goza". Así se aludía, por una parte, a lo difícil que resultaba desconectarse de todas las responsabilidades políticas y descansar y, por otra, a la supuesta afición veraniega de Aguirre por el juego. Sin embargo, se señala que al Casino, el presidente nunca entró. La viñeta de Topaze ironizaba con personeros políticos nacionales, como Gustavo Ross, que imitaba la gran vida de los nobles europeos en los casinos franceses de Mónaco y Biarritz. Sea como sea, el año 1939 tras acabar sus primeras vacaciones en Cerro Castillo, el Presidente Aguirre Cerda tuvo la intención de trasladar el gobierno a Viña del Mar, lo cual generó ácidas críticas de la derecha. El terremoto en Chillán y sus 30 mil muertos, hizo que el presidente olvidara sus planes y volviera a asumir la tradición de gobernar desde La Moneda. Aguirre fue el primero de los mandatarios en salir a provincias, porque antes se gobernaba desde Santiago, sin haber conocido nunca las salitreras, Curicó, Chillán, lo cual le valió el epíteto peyorativo de "el presidente viajero". En otras palabras, la "distracción" del presidente consistía en "viajar por el país visitando las provincias que lo necesitaban". El último viaje de Pedro Aguirre Cerda a Viña del Mar "lo efectuó casi al concluir su mandato, con el objetivo de reunir recursos para fomentar la aviación civil en el país, debido a que después del terremoto del 39, los caminos quedaron destrozados y muchos pueblos, completamente aislados", se preveía la necesidad de contar con medios de transportes alternativos a los terrestres, tan susceptibles a los desastres de todo tipo. Además del ansia de viajar, el presidente Aguirre Cerda visitaba habitualmente un fundo en Conchalí perteneciente a su esposa, Juanita Aguirre. En la propiedad mantenía viñas con las que elaboraba sus propios vinos. La derecha lo bautizó "Don Tinto".En las tertulias de Conchalí, el Presidente, hombre de campo, juntaba fácilmente a 300 ó 400 personas y es muy probable que varias de ellas salieran bien mareadas" del fundo.

Juan Antonio Ríos paseaba a largas trancadas por los frondosos jardines de su retiro en La Reina. Descansaba poco: los países aliados le exigían romper relaciones con los miembros del eje, durante la Segunda Guerra Mundial. La presión iba desde la cancelación de la visita al país por parte del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, hasta la peregrina propuesta de boicotear en Centroamérica "todo lo chileno", considerando el peligro que había en que fuera atacado el Canal de Panamá. Finalmente en enero de 1943, Chile rompió relaciones con Alemania, Italia y Japón, los miembros del eje, "tomando así su puesto en la defensa de la democracia". A partir de ese momento, los paseos del Presidente Ríos en su retiro de La Reina fueron cada vez menos frecuentes, afectado su presupuesto por la economía de guerra y su salud por las insistentes amenazas de un ataque japonés en el territorio.

sábado, 8 de mayo de 2010

EL PALETA

En el presente escrito me referiré a tres anécdotas de Jorge Alessandri Rodríguez, político independiente y empresario de vasta trayectoria y enorme prestigio en el país e internacionalmente por su austeridad y honestidad a lo cual unió el innegable carisma de su apellido. Poseedor de una personalidad atrayente, apolítico e independiente pudo conquistar el sillón presidencial. Autoritario, egocéntrico, irritable y siempre tajante en sus opiniones y juicios, bien pudo proyectar la nueva imagen del gobernador que muchos chilenos de la época deseaban.
Reconocido por su habilidad y conocimiento ante las cuestiones financieras y económicas ganó el reconocimiento especialmente del sector independiente y del mundo empresarial.

1. NO TE CREO

Alessandri, se creía un buen conocedor de hombres, tuvo una amarga decepción en diciembre de 1961, cuando se vio obligado a devaluar el peso. Confío su secreto (porque debía mantenerse oculto hasta el momento del anuncio, para evitar especulaciones con el dólar) a su amigo de muchos años, Hugo Rosende.
Él lo pasaba diariamente a buscar a su departamento en la Plaza de Armas y se iban a caminando por Estado y Moneda hasta dejarlo en La Moneda. Después, Alessandri se enteró de grandes adquisiciones de dólares en empresas vinculadas a Rosende. Éste le juró su honestidad, pero al parecer el Presidente no le creyó. Nunca más se les volvió a ver juntos.

2. LOS ANTEOJOS

Ester Alessandri, casada con Arturo Matte una vez le preguntó a su hermano Jorge cuándo iba a cambiar de lentes. “No me dirás que un Presidente de la República no tiene dinero para ir a un oculista”. Don Jorge le replicó quejándose: “No andas muy lejos. Yo gano menos que un ministro” recodándole que su ministro el "Ruca" Vergara ganaba tres sueldos: como ministro de las carteras de Hacienda, Economía y Minería, lo que él no podía hacer. Su hermana le pidió hora, le pagó la consulta y mandó a confeccionarle nuevos lentes.

3. EL HOMBRE DE LA BUFANDA

No obstante su vinculación con los grupos económicos, nunca se supo que Jorge Alessandri distinguiera a algunos con favoritismos. Tampoco se conocieron casos de corrupción. En lo personal mantuvo su austeridad.
Su figura, con un sobretodo que casi le alcanzaba a los pies, con su rostro que apenas asomaba entre el sombrero y una larga bufanda era su característica ya que era propenso a los resfríos. Siguió viviendo en su departamento de calle Phillips. Nunca aceptó guardaespaldas, y las ocho cuadras que lo separaban de su hogar a La Moneda las recorría a pie.
Tampoco cambió su viejo auto, un Oldsmobile gris del año 1951, que manejaba su chofer, Julio Torres Ormeño, o él mismo. Lo ocupaba, por lo general, para ir a su chacra de Malloco los fines de semana o visitar la tumba de su madre, en el Cementerio General.

RED CARD FOR RICHARD LAKES

¿Por qué los microempresarios deberíamos votar por Frei si en veinte años de Concertación nunca han hecho nada por nosotros?. Con esa pregunta un empresario, camuflado entre la turba que recibía a Ricardo Lagos en la costanera de Valdivia, increpó al ex mandatario a vista y presencia de todos. El hombre, que logró traspasar el cordón de seguridad más cercano a Lagos, buscaba una respuesta a las políticas que los gobiernos de la concertación han tenido en materia de protección a la pequeña y mediana empresa. Al parecer, la respuesta del otrora mandatario no le fue suficiente y cual arbitro de fútbol, sacó desde sus ropas una muy vistosa tarjeta roja y “expulsó” a Ricardo Lagos del mundo político. “Si me sacas tarjeta roja a mi quiere decir que estas con la derecha”, respondió Lagos mientas caminaba en dirección al mercado fluvial, lugar donde se haría inicialmente un punto de prensa. No obstante el círculo más íntimo del ex presidente decidió que “el horno no estaba para bollos” y rapídamente trasladaron a Lagos a un restaurante cercano donde se reunió con personeros del mundo político regional. El incidente, que no pasó desapercibido, se prolongó por espacio de seis minutos, en tanto el “empresario-arbitro”, desapareció en la muchedumbre con las satisfacción de la misión cumplida.

lunes, 1 de febrero de 2010

EL INGENIO DE LA RADIO

La censura impuesta a las radios no logró evitar, con ingenio, que se filtraran las noticias. En 1983, Radio Chilena, en el programa A esta hora se improvisa, Jaime Celedón hizo un llamado indirecto al paro nacional del día siguiente: “Recuerden que mañana tienen restricción las personas cuyos carnés de identidad finalizan en 0-1-2-3-4-5-6-7-8-9 y K”.
La mañana del 4 de julio de 1986, Radio Cooperativa anunció la prohibición de dar informaciones decretadas por la Dinacos, la oficina encargada de la comunicación social, es decir la censura. En ese ambiente, a continuación de la lectura del comunicado, Sergio Campos anunció “el informe del tiempo”: “y hará calorcito, especialmente a las doce, en la Plaza de Armas”, una encubierta cita a una a actividad en el centro de la capital. Este mismo locutor, ante un llamado a apagar las luces de las casas en una jornada de protesta, presentó la canción de José Luis Perales Apaga la luz, repetida durante toda esa tarde, bajo la justificación de que la gente lo pedía.

jueves, 28 de enero de 2010

COMBOS IBAN, COMBOS VENÍAN

En la década de 1930, la Revista ‘Topaze’ –dirigida por Coke- ironizaba en sus inigualables caricaturas sobre el acontecer político. En una de sus ediciones semanales, en la portada, Coke se refirió festivamente al Presiente Arturo Alessandri, el que no mostró alegría alguna por tal hecho.

Una mañana, paseando por la vereda norte de la calle Ahumada junto a su perro “Ulk” (un enorme gran danés), Alessandri divisó en la acera contraria a Coke. De inmediato, el Presidente cruzó la calle y le pasó la correa con que ataba a su can al primer transeúnte que se cruzó, y sin decir ‘agua va’ se lanzó sobre Coke dándole golpes de puño. Obviamente, el dibujante respondió a la agresión y los dos caballeros rodaron por el suelo mientras ‘Ulk’ ladraba que era un gusto.

Tres policías llegaron al lugar y separaron a los contendores. Grande fue la sorpresa de los policías al descubrir que uno de los ‘boxeadores’ era el Presidente de la República. “Excelencia, vamos a llevara este señor (Coke) a la comisaría y a usted le acompañaremos a "La Moneda". Alessandri se zafó con disgusto del brazo policial, ordenando dejar libre a Coke porque “con este señor tenemos muchas cosas de qué hablar, y vendrá conmigo a la casa presidencial para tomarnos un té y arreglar nuestros entuertos como lo que somos, verdaderos caballeros”.

Dicho y hecho. Alessandri recogió a su perro, y tomando del brazo a Coke marchó junto al caricaturista tranquilamente por calle Moneda hacia la costa. “Pegai fuerte, viejo huevón, pero igual te ‘aforré’ un buen combo en el hocico”, dijo el Presidente. “A la mala, excelencia, a la mala”, contestó Coke. “A la mala, poh…tal como tú te permites burlarte del Presidente de en tu revistucha”.

viernes, 22 de enero de 2010

VIDA FRANCISCANA

El ministro Antonio Varas en 1858, recibió una oferta de un cliente que se comprometía pagar 50 mil pesos de la época si asumía la defensa de un juicio que se ventilaba en La Serena. Era lo que Varas iba a ganar en ocho años como ministro, lo que habría permitido darle una buena situación a su mujer e hijos. Pero bastó que el Presidente Manuel Montt lo retuviese como ministro para que rechazara la oferta.

En otra oportunidad, el ministro fue invitado al almuerzo de la familia Montt. Todo iba bien hasta que el Presidente se le cayó un tenedor y Varas se agachó para recogérselo. Por el faldón de la levita asomó el pantalón zurcido del ministro. A doña Rosario le había conmovido tanto este hecho, que se lo comentó a su esposo. Nada podía hacer, porque había herido al buen amigo.

Aunque el ministro no sólo tenía costumbres frugales, sino que también la poca importancia que le daba a la comida. Un día su esposa, Irene Herrera, se disculpó afligida porque en el almacén donde se surtían no había encontrado arroz, su plato favorito. "¿De dónde has sacado eso que a mí me gusta tanto el arroz?", le respondió. Su esposa se lo venía sirviendo desde que se casaron, y él alabó el plato, tal vez por cortesía. Pero jamás le hizo una observación, pensando que a ella le gustaba demasiado.

lunes, 18 de enero de 2010

EL QUE LA SIGUE LA CONSIGUE

En 1877, la quinceañera Eloísa Díaz Insunza visitó al ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública Miguel Luis Amunátegui para exponerle sus cuitas: había rendido los exámenes de bachillerato, quería estudiar Medicina, pero el reglamento no permitía que una mujer ingresara a la universidad, eso y que obtuviera las mejores calificaciones que los varones. Amunátegui se sintió conmovido por el caso y expidió un decreto autorizando a la mujer a cursar la enseñanza superior. Ella se convirtió en la primera médico y cirujano no sólo de Chile, sino que de América del Sur, dedicándose a la medicina social, integrándose a la Sociedad Científica de Chile.

martes, 12 de enero de 2010

PARA QUÉ TENGO ASESORES

Augusto Pinochet suele tomar en cuenta a sus asesores. Es un buen gusto para que ellos se sientan bien. Es cierto que cada vez que ha seguido sus consejos, le ha ido “como la mona”.

Como sucedió en marzo de 1980, cuando le programaron un viaje a Filipinas para demostrar que el general puede viajar a cualquier país. Cuando iba en vuelo, fue avisado que el dictador Ferdinand Marcos había cancelado su visita. Que lo hubiera hecho otro, pase. Pero que un tiranuelo como Marcos lo consideraba indeseable, eso no podía tolerarse en el circulo de Pinochet.

Para colmo, cuando aterrizo en Fijí, en escala técnica, los trabajadores se negaron a colocarle la escalerilla y a efectuarle la revisión técnica. El embajador, vicealmirante Ernesto Jobet, que estaba en tierra, tuvo que imponerse. Fue para peor, porque un equipo subió a fumigar la nave.

Por cierto que ahí mismo en el vuelo empezó a cortar cabezas: al canciller Hernán Cubillos, al embajador de Filipinas, almirante Charles Le May. Lucía Pinochet Hiriart anticipó las vacancias, diciéndole en voz alta a Sergio de Castro, a la sazón ministro de Hacienda: “Menos mal que mi padre tiene por lo menos a un ministro leal”.


viernes, 8 de enero de 2010

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN DE CONJUNTO?

Cuando Arturo Alessandri Palma después de su segunda presidencia, al día del siguiente de la asunción del mando del Frente Popular, hizo un viaje a Europa, para reposar y “estudiar la situación internacional”, se entrevistó en Roma con Galeazzo Ciano, el Ministro de Relaciones Exteriores de Mussolini. Después de hablarle de la situación de Chile, de extenderse sobre las condiciones sudamericanas, inquirió el viejo Presidente al joven conde italiano cual era la verdad y secreta verdad de los graves conflictos europeos en curso.

Después de oír atentamente al Ministro (que por cierto se abstuvo de transmitirle sus firmes secretos), Alessandri, conocido por su sentido del humor, pero sin sombra de intención humorística esta vez, reveló hasta que punto era el paradigma de los políticos chilenos, diciéndole como observación final: “¿Y no habrá solución de conjunto para los problemas europeos?”. Hasta ese momento al jerarca fascista se le desencajo la cara y creyó de este caso, algo digno de contar con estupor esta entrevista en su Diario.

martes, 5 de enero de 2010

EL CARA Y SELLO DE LA ELECCIÓN DE PIÑERA

Se empieza a vivir la elección del próximo 17 de enero. Con estos datos se enfrentará Sebastián Piñera, pero una vez concluido la jornada electoral pasará a la historia de Chile dependiendo del resultado de la elección, acá tres datos para recordar.

Si Piñera ganara.......
Se coinvertiría en el primer Presidente de Derecha elegido democráticamente en 52 años. El último triunfo de ese sector político ocurrió el 4 de septiembre de 1958 cuando Jorge Alessandri ganó la elección con el 32%. Además, sería el primer presidente de Derecha electo desde el retorno de la democracia, terminando con la hegemonía de la Concertación desde 1990.

Si Piñera perdiera.......

Se coinvertiría en el primer candidato de Derecha en ser derrotado dos veces seguida bajo el sistema ballotage o segunda vuelta (2006 y 2010). Además, sería el primer candidato presidencial desde el retorno de la democracia que gana la elección de primera vuelta y que lo derrotan en la segunda vuelta.

Si Piñera ganara.......

Se convertiría en el quinto candidato en ganar la siguiente elección presidencial después haber perdido la anterior. Pedro Montt, perdió en 1901 y ganó las de 1906, mismo caso ocurrió con Arturo Alessandri Palma en 1931 y 1932, Eduardo Frei Montalva en 1958 y 1964 y Salvador Allende en 1964 y 1970 respectivamente.

Si Piñera perdiera.......

Se convertiría en el segundo candidato en quedar en segundo lugar dos veces seguida una elección presidencial junto a Salvador Allende en 1958 y 1964

Si Piñera ganara.......

Se convertiría en el tercer hombre de negocios que ha logrado la Presidencia de la República, sus antecesores fueron Juan Luis Sanfuentes (1915-1920) y Jorge Alessandri Rodríguez (1958-1964).

Si Piñera perdiera.......

Se convertiría en el cuarto millonario en ser derrotado en una elección presidencial con reales opciones de ganar, siendo el primero en perder dos veces y de manera consecutiva (2006-2010). Así ocurrió, en 1871, con el empresario minero José Tomás Urmeneta, posteriormente, Gustavo Ross derrotado en 1938 y Arturo Matte Larraín, vencido en 1952.